Los niños deseosos de olvidarse de los libros, deberes, extraescolares… y los padres pensando qué hacer con ellos porque todo el día en casa, las tablets, juegos electrónicos, tele… y seguimos trabajando, esperando las vacaciones porque “ya no damos más”.
Es momento de parar y resetear, porque todos nos lo merecemos, padres e hijos.
Pasadas las vacaciones, nos llega gente que nos cuenta que este periodo de descanso, ha sido un discutir continuo con los hijos, con la pareja… que todo el día juntos provoca muchos más roces. Otros justo lo contrario, que se dan cuenta como el día a día les quita la posibilidad de disfrutar de los hijos y de la pareja y que en vacaciones, es el momento que más comparten y cuando todo vuelve a la rutina extrañan esos momentos de convivencia.
¿Qué te gustaría que pasara?
Planeamos ese viaje, ir a la playa, de cenita con los amigos…. Pensamos en esas merecidas vacaciones que venimos planeando ya hace unos meses. Pero dime, les has preguntado a tus hijos qué le gustaría hacer o cómo le gustaría disfrutar de ese momento en el qué vais a compartir tantos ratos.
Si hablo por mí, muchas vacaciones han sido organizadas sin preguntarles, porque son pequeños, porque somos los padres los que decidimos, porque…
Hoy me encanta preguntarles qué quieren hacer y entre lo que quieren y lo que queremos hacer, buscamos el plan perfecto. Plan perfecto para que todos disfrutemos, para que nuestra actitud y nuestro humor sea el mejor, para qué respetemos que alguna vez nos tocará un plan que no gusta tanto y que al otro le hace tan feliz.
Creo que es muy importante recordar que un día fuimos niños. Preguntémosles a nuestros hijos que es lo que les apetece. Hablemos con ellos y planifiquemos juntos, da igual la edad, lo más importante es que todos podamos compartir momentos inolvidables, independientemente del plan que toque.
Démosle la palabra y escuchémosle, es un ejercicio muy valioso si lo trasladamos a otros ámbitos de la vida. Los entrenamos a expresar, a empatizar, a respetar, a escuchar y a sentirse escuchados. Creamos diálogo en casa, confianza padres e hijos…. Hoy lo hacemos planeando las vacaciones pero mañana puede venir tu hijo a contarte qué le pasa, le has enseñado qué en casa se puede hablar, expresar y sentirse escuchado.
¿Que estas planeando para estas vacaciones? Comparte con quien más te quiere y pregúntale qué le gustaría hacer, mira si son los mismos planes, quizás no es lo que tú tenías previsto. Si nos paramos a pensar programamos hasta el tiempo libre. Muchas veces no damos cabida a “hacer nada”.
Feliz semana
Ester