Tengo miedo

¿Para qué dudas?

Soy de las que piensan, y están convencidas, de que el miedo paraliza. Pero mentiría si digo que no lo siento en más de una ocasión.

En la toma de decisiones, en querer preguntar todo, en el por si acaso, en pensar qué dirán, en sentirme juzgada…

¿Te has sentido así alguna vez?

¿Qué es lo peor que puede pasar si no preguntas, si tomas una decisión por ti misma?

Algo que funciona es analizar donde está realmente la duda. Identificar lo que te está frenando. Por ejemplo: Inseguridad, aprobación, ser juzgada

Vamos al gimnasio para sentirnos bien, y eso que la mayoría de las veces cuesta ir, pero procuramos establecer una rutina y poco a poco se convierte en un hábito. Eso nos hace sentir bien, ya no nos cuesta.

Pues aquí va el nuevo ejercicio: Cuando tengas miedo, pregúntate a qué le tienes miedo. ¡Se honesta, no te engañes!

Mira estos ejemplos:

*Tengo miedo al fracaso: pregúntate: ¿Qué significa fracaso para mí?, ¿Cuántas veces he fracasado? ¿Qué pasa si tomo esa decisión y fracaso?, ¿Cómo me voy a sentir? Una vez desgranes cada una de las preguntas, te va a ser más práctico tomar la decisión, pues has medido las posibles consecuencias, variables…

*No se como comunicar esta noticia: pues repetimos el mismo proceder. Lánzate todas las preguntas posibles y luego decide en consecuencia.

El miedo paraliza, inmoviliza… pero el miedo evaluado, hace que puedas tomar decisiones. Luego ya analizarás los resultados.

Camina siempre, no pares, porque la vida pasa y no te espera

Ester Echeverría Noci

SOLTANDO EL EXCESO DE EQUIPAJE

Como si se arrastrara cargando una maleta pesada se dirige al inicio de un nuevo camino.

El día uno, empieza a guardar en ella experiencias, decisiones, decepciones, fracasos, logros, tristeza y alegría. El día dos, más, y así va añadiendo y soltando cosas de su maleta, para que no le pese a fin de año.

Este año, suma esfuerzo, sacrificio, pérdidas, duelos… y llega al 360, sabiendo que no ha vaciado lo suficiente para poder ir añadiendo más vida en su maleta.

Siente vértigo, pero sabe que quedarse sentado, mirándola, no va a hacer que el nuevo viaje sea más ligero.

Primero, ha tenido que despojarse de los miedos, empezando por reconocerlos y aceptarlos. Uno cree que es fácil pasar el día a día, pero a veces la vida te da un toque y te dice que no todo está bajo control.

Lidiar con ese peso de saber que sus decisiones han podido marcar un rumbo equivocado no es fácil. Pero cierto es, que nadie sabe que sería de su vida sin esas decisiones.

A pesar de arrastrase, sabe que hay que vaciar y empezar de cero, pese lo que pese, pues la vida es un regalo que no se puede desperdiciar.

Toca empezar de nuevo y para ello lleva a sus compañeros de viaje para que le ayuden a aligerar, vaciar, tirar y guardar lo que realmente merece la pena.

Hay una nueva oportunidad y queda poco para vaciar esa maleta y dejarla libre para el nuevo viaje que está a punto de empezar.

Hubo un maestro que le dijo, sigue a delante, ama a tu familia, haz feliz a tu pareja, a tus hijos, tanto como ellos te hacen feliz a ti. Ama por encima de todo.

Empieza este nuevo año valorando los fracasos y los logros que has tenido.

Ve y abraza a tus seres queridos y diles cuánto los amas.

Ten esa conversación que tanto te cuesta, antes de que sea tarde.

Por último, dedícate un tiempo para ti. Escúchate y pregúntate si estás orgulloso de ser quién eres.

Feliz Año de todo corazón

Ester Echeverría Noci

Publicado en Crecimiento personal, Distinciones, Familia

Un septiembre más

INCERTIDUMBRE con CONFIANZA

Si buscamos la definición de incertidumbre en el diccionario nos la define de la siguiente manera: “falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”

Creo que así nos sentimos gran pare de la población con la vuelta al cole, al trabajo, a la rutina de cada septiembre después de un periodo de vacaciones. Sabemos que este septiembre nada tiene que ver con los otros y quizás esa rutina que tanto nos pesaba ahora nos vendría de perlas, pues sabemos que este año es muy diferente.

Hoy sentimos que nadamos en un mar de dudas, de incertidumbre y queremos respuestas. Queremos que la escuela nos diga que lo tiene todo controlado, que cubren con todos los protocolos y con todas nuestras expectativas.  Pero seamos honestos, hay incertidumbre. Seguramente sí, pues estamos ante una situación completamente nueva, sin precedentes y sin saber qué más sorpresas nos puede dar.

Queremos respuestas y no las tenemos, y digo que a mí como madre me pasa lo mismo, pero tenemos que confiar en las escuelas, en las empresas… ellas siguen al pie de la letra todas las recomendaciones para que todo vaya de la mejor manera posible. Confiemos en nuestros hijos, y dejémosles llevar una vida saludable, física y psíquicamente. Enseñémosles la importancia del cuidarse, pero no hoy porque estamos ante algo tan grande y peligroso como el COVID, ¡sino SIEMPRE! Cuidarse, quererse, protegerse siempre. Somos cómo una maquinaria fina y precisa que tenemos que mimar y querer hoy con COVID y mañana sin él. Hábitos que debemos tener incorporados y hoy más que nunca, tenerlos presente.

Procuremos que la incertidumbre del qué pasará cuando llevemos una semana de colegio, o compartiendo en el trabajo, sea sólo un pensamiento. No anticipemos, simplemente seamos responsables cada uno de nosotros con lo que podemos hacer para que esto frene. Cada pequeño gesto que hagamos responsablemente tendrá un efecto multiplicador.

CONFIEMOS en qué todo pasará, así como confiamos que mañana amanecerá.

Un abrazo y feliz inicio de curso 20-21

Ester Echeverría

Publicado en Escuela, Familia

¿Escuela vs Padres, Padres vs Escuela?

manosDepositamos en la Escuela gran parte de la educación de nuestros hijos, pero somos conscientes que: ¿otra gran parte la tenemos que hacer en casa?

En la Escuela, nuestros hijos aprenden las materias que marcan desde Educación y superadas año a año, consiguen poder acceder a la Universidad. En el camino, podríamos fomentar la formación como seres que son desde el día que nacen, podrían aprender: a gestionar conflictos, a tomar decisiones y con ello consecuencias, a escuchar (no solo a oír), a respetar y respetarse, a gestionar sus emociones… En ocasiones, este aprendizaje, va por premio/castigo, así se aprenden las reglas que rigen cada comunidad escolar. No lo critico, pues ha de haber una disciplina y unos límites, pero si añadiéramos al plan de estudios la “formación de seres” ¿Qué creen que pasaría? Y si además no depositáramos esta tarea sólo en la Escuela, ¿Qué pasaría?

Si padres y escuela fuéramos un tándem, donde los dos pedaleamos por igual, fuéramos un equipo con el mismo objetivo, disfrutando del paseo por la educación de esa gran persona que es nuestro niño. Los dos, conjuntamente, tendríamos días de sol, de lluvia, tormenta, arco iris… juntos padre – escuela- alumnos llegaríamos a la meta de la mano y con el objetivo logrado.

No creamos que la Escuela es quien educa a nuestros hijos y que la Escuela no crea que la educación de nuestros hijos es solo de los Padres, pues en una relación donde estas creencias están tan marcadas, el más perjudicado es el niño, que vive su educación en medio de una “disputa”.

Démonos la mano en este caminar por la vida.

Ester Echeverría

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, Familia

Nuestros hijos no son nuestros hijos…

CyM“Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas del ansia de la Vida por sí misma. Vienen a través vuestro, pero no son vuestros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen” Gibran Khalil Gibran

Buscando un libro, apareció de nuevo en mis manos el último libro que le compré a la Dra. Guardiola (a ella le debemos una nueva gratitud porque fue la naturista que atiende a mi hijo y que logró que él hoy coma) relacionado con la alimentación y los niños. Y recordé la conversación que mantuvimos, donde salió el tema de los padres y los hijos, la comunicación, darles la libertad que necesitan en cada momento….

Me contó una conversación que mantuvo con su hijo menor, la cual voy a redactar a continuación:

“Mamá, mi situación laboral está mal en estos momentos, en las dos orquestas en las que toco han recortado presupuesto y ya no nos dan el sueldo mensual, nos pagan sólo por concierto y en el conservatorio en el que estoy me han rebajado el sueldo, yo así no puedo vivir. Me ha salido la oportunidad de ir al exterior hacer una demostración de violín. Qué te parece??

La madre le dice: “¿a mí me preguntas qué me parece? Es tu vida hijo! Yo ya he vivido mi vida y el día de mañana yo no estaré, haz lo que creas mejor para ti.

El caso es que el hijo terminado dicho trabajo se  fue a la India, país al que ha viajado con anterioridad y donde tiene a su “maestro”.

La madre me sigue contando: “ahora en unos meses tiene que venir y decirnos si vuelve a España o si se queda en la India, pero ya le he dicho a mi marido que tenemos que pensar en viajar a la India el próximo año, pues sospecho que mi hijo se quedará allí”

Camino a casa me di cuenta que estaba dándole vueltas a la conversación que acababa de tener y me pregunté qué es lo que me tenía atrapada de esa conversación. Pensé: “que par de lecciones me acaba de dar”, por un lado: la importancia de respetar la decisión de un hijo  y dándole  libertad a seguir construyendo su camino y por otro lado qué espíritu de vida, más si tengo en cuenta que está madre actualmente tiene más de 93 años, piensa en mañana con ilusión, alegría, con proyección, con ganas de hacer, de vivir!

Me ha parecido interesante compartir con vosotros  esta vivencia porque cuantas veces se nos hace difícil tomar las riendas de nuestra vida. Anteponemos a los hijos, a la pareja, a los padres…., a esa  lista de porque sí o porque no hacer tal cosa… damos el peso a todo ello y quizás vamos en contra de lo que realmente nos gustaría, podemos decir que nos olvidamos de nosotros  mismos, bajo el dicho: “bueno, si así está bien…. total, es lo que hay…”

Muchas veces el discurso interno lo sabemos, racionalmente incluso podemos ver donde está “nuestra  trampa”, el tema es cómo salir de ella en beneficio nuestro y sin dejar que el discurso ponga límites a nuestras decisiones.

Cuando uno tiene familia, las decisiones se toman en beneficio del núcleo familiar, pero esto, no impide que sean propias y que por lo tanto seamos consecuentes con ellas. De esta manera uno va construyendo para sí mismo.

Quería compartir esta reflexión con vosotros, pues pienso que  a veces los miedos o lo que piensen o quieran los demás impide que tomemos “solos”  nuestras decisiones, por lo tanto escogemos condicionados el camino por el  que queremos andar.

Os invito a pensar en esta madre (que allá donde esté a mi me sigue iluminando), que demos libertad a nuestros hijos para que sean dueños de su vida, en la medida que les toque por la edad que tienen. Y apliquémoslo  a ellos, pero también a nosotros mismos, pues muchas veces proyectamos nuestros deseos o frustraciones en nuestros hijos, en cierta forma nos olvidamos de nosotros para vivir en ellos algo que hoy quizás  no nos toca y menos nos pertenece.

No hagamos de nuestros niños muñecos programados, que con darles cuerda ya está todo bien, dejemos que ellos programen su andar por la vida acompañados de nosotros y de sus maestros o guías.

Ester Echeverría Noci

¿Y de sus emociones…?

Guia EmocionesLes enseñamos/acompañamos a caminar, a comer con cubiertos, a montar en bicicleta y…  nos preocupamos/ocupamos por su nivel de inglés, de matemáticas, que escriban bien… ¿Y de sus emociones? ¿Nos ocupamos de que aprendan a distinguir si están tristes o enfadados, contentos,  ilusionados… de que puedan expresar sus emociones o estados  tal cual son sin dañar a otros?

Estamos centrados en qué extra escolares tienen que hacer, que notas tienen que sacar, que es aceptable y que no, y el resultado suele tener alguna consecuencia (para bien o para mal)

Nos ocupamos de que estén preparados para la sociedad competitiva en la que se vive, a una escala profesional: que tengan estudios, idiomas, actividades complementarias, universidad, máster…. Pero qué importancia damos al aprendizaje emocional? Desde mi, es fundamental que lo tengan, porque sin este aprendizaje nuestros hijos no serán felices, ni los veremos triunfar por muy preparados que estén.

Cada uno de nosotros siente a su manera las emociones, no vale con decir:”película de terror igual a miedo”, pues no para todos  es miedo.  No es lo que siente solamente, sino cómo siente y que peso tiene. Es importante que sepamos transmitir a los niños que no todo se resume en: “alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa…”, poco a poco hay que dejarles que describan bien que sienten: “Felicidad, satisfacción, optimismo, tranquilidad, ira…” y que lo puedan expresar sin censura, pero a la vez con respeto y sin dañar. Si se sienten incomprendidos, si les decimos:”no pasa nada”, “esto es una tontería, no vale la pena que te pongas así”… la próxima vez puede ser que no vengan a contarnos lo que les pasa o como se sienten.

Es algo a lo que le estoy dando muchas vueltas, pues como madre pienso que fallaría si no les enseño y transmito que por encima de todo priman los valores y el poder decir lo que piensan sin herir a la persona que tienen delante. Quiero que puedan decir  “no” sin sentirse culpables y sintiéndose responsables de ello, expresar cómo se sienten independientemente del ámbito en el que estén. Supongo que para ello, hay que mostrarles que todos sus sentimientos, sus emociones y sus decisiones son legítimas y no juzgarlas, simplemente escucharles y acompañarles en su sentir.

Es un camino que me resulta trabajoso, pues requiere mucho de uno mismo, en el sentido de que no todos los días son  el mejor día y que como todo ser humano hay días que el umbral de paciencia o el de tolerancia no es el óptimo, pero sí es el camino que escojo (como coach y como madre) para darles a los niños la libertad de ser transparentes y que esta transparencia sea lo más sana posible, que les sea útil y un valor añadido en su aprendizaje para su futuro.

“Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.” Kennedy, John Fitzgerald:

Ester Echeverría Noci

Publicado en Familia, inteligencia emocional

“…Me siento orgullosa”

images1BNQ64VEAsí se sintió cuando se cortó la conversación con su hija por un llamado de teléfono y finalizado éste el Conductor del autobús le dijo: “Disculpe, puedo decirle algo? No he podido evitar escuchar la conversación con su hija y quedarme prendido de la misma. La felicito: que hija que tiene, que dialogo enriquecedor, cómo ha podido ella hablar y contar lo que le pasa y saber distinguir que a pesar de que le parecía injusto una actuación de su maestra y que le generaba una emoción fea y que lo primero que le pasaba por la cabeza era faltarle el respeto, la niña sabía que no lo podía hacer, por no saber cómo gestionarlo.  Más increíble aún es cómo usted le ha hablado, le ha animado a que diga siempre lo que piensa, con respeto y cariño. Que nunca se guarde algo que quiere decir, que las cosas dichas bien por muy negativas que parezcan, no pueden hacer daño. La felicito, por la capacidad de su hija al hablar -no llega a diez años- y porque usted ha estado brillante”. A la madre le caían las lagrimas y agradecía al Sr. Conductor las palabras que le acababa de decir, simplemente le dijo: “me ha emocionado, es un trabajo duro, pero para mí mis hijos son personas y no tienen que tener miedos por decir lo que sienten. Es un trabajo arduo, pero es el mejor trabajo”.

Es tan importante que los niños aprendan a decir lo qué sienten y que nosotros adultos les enseñemos a que pueden y deben hacerlo, por su bien! porque es un aprendizaje, porque no tienen que tener miedo a expresar algo que no les gusta. Tenemos que enseñarles a qué con amor, sin insultos, sin gritos, con respeto… todo se puede decir. Muchas veces decimos que se pierde la razón por las formas no por el contenido. Qué bueno que ellos puedan aprender desde pequeños que así es como tienen que obrar, porque el día de mañana se encontraran, un amigo, pareja, compañero, jefe, hijo… que en un momento dado le genere un conflicto, la ventaja que tendrán es que ya están entrenados a ser asertivos, porque más que entrenados es su manera de ser y es la que les va a permitir decirles lo que les pasa con lo que les están haciendo o diciendo.

Ester Echeverría

Publicado en Familia

Me diste uno nuevo….

nuevo futuro

No me quitaste mi futuro… me diste uno nuevo 🙂 Elegí formar familia y tener hijos, elegí un nuevo capítulo en mi vida, elegí compartir mi amor con alguien, elegí  teneros, elegí ser madre, por vocación, por amor, porque así lo sentí. Otorgué el título de hijo a mis hijos cómo yo elegí el de madre.

¿Que pasa cuando uno elige no tener hijos? Pues elige tener un futuro distinto, es su elección y es tan respetable como los que elegimos tener hijos.

Las dos elecciones son desde el egoísmo de lo qué queremos y las dos son igual de válidas.

El amor se comparte de muchas maneras y se ama de una sola. Tu eliges a quién amas y cómo lo amas.

Feliz elección , feliz lunes

 

 

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Bullying

amigosInteresante artículo sobre cómo disminuir y ojala acabar con el bullying. Lo que se trabaja con este método es todo lo que pasa alrededor del acosador y acosado. Nos fijamos en el entorno más cercano de la situación, es decir los compañeros de ambas partes. Los que no hablan por miedo y los que se ríen y se divierten con la situación.

Hacen normal y divertido algo que es realmente grave y por lo tanto cada vez que participan (pasivamente) pasan a ser cómplices de la situación.

Hagamos todos juntos (padres – escuela – amigos ….) lo posible para acabar con el Bullying

http://culturainquieta.com/es/inspiring/item/10459-el-metodo-kiva-una-idea-que-esta-acabando-con-el-bullying.html

Ester

 

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Equipo + Emoción = Éxito

wwEsta semana he celebrado mi cumpleaños y tengo que decir que ha sido una celebración muy especial. Especial por el amor y el cariño que han puesto para sorprenderme.

El regalo ha culminado el gran día, no por su importe económico (que ha sido cero) sino porque ha sido un proyecto en el que le han dedicado muchas horas. Quisieron sorprenderme y lo consiguieron. Crearon, con piezas que teníamos en casa, una camioneta que siempre he querido tener. 🙂 Ilusión, complicidad, trabajo, risas, equipo, familia y mucho mucho amor. Han pasado varios días y literalmente una noche entera trabajando en ello. Podía más ver el resultado final que el cansancio. Se cumple la fórmula de la triple E + E = E  (equipo, emoción, éxito)

Qué pasaría si todos nuestros proyectos fueran creados desde la complicidad y la escucha, aceptando ideas nuevas, proponiendo otras… Traslademos ésto a nuestro equipo. Con trabajo, complicidad, apertura de mente, escucha y no compitiendo sino cooperando se consiguen cosas muy grandes. Recordad, hablamos de la triple E. 

Esto es lo que cada mañana me hace abrir los ojos y valorar lo que tengo.

Gracias por sorprenderme 🙂

Ester Echeverría

 

Publicado en Familia, inteligencia emocional

Empiezan las vacaciones…


vacacionesLos niños deseosos de olvidarse de los libros, deberes, extraescolares… y los padres pensando qué hacer con ellos porque todo el día en casa, las tablets, juegos electrónicos, tele… y seguimos trabajando, esperando las vacaciones porque “ya no damos más”.

Es momento de parar y resetear, porque todos nos lo merecemos, padres e hijos.

Pasadas las vacaciones, nos llega gente que nos cuenta que este periodo de descanso,  ha sido un discutir continuo con los hijos, con la pareja… que todo el día juntos provoca muchos más roces. Otros justo lo contrario, que se dan cuenta como el día a día les quita la posibilidad de disfrutar de los hijos y de la pareja y que en vacaciones, es el momento que más comparten y  cuando todo vuelve a la rutina extrañan esos momentos de convivencia.

¿Qué te gustaría que pasara?

Planeamos ese viaje, ir a la playa, de cenita con los amigos…. Pensamos en esas merecidas vacaciones que venimos planeando ya hace unos meses. Pero dime, les has preguntado a tus hijos qué le gustaría hacer o cómo le gustaría disfrutar de ese momento en el qué vais a compartir tantos ratos.

Si hablo por mí, muchas vacaciones han sido organizadas sin preguntarles, porque son pequeños, porque somos los padres los que decidimos, porque…

Hoy me encanta preguntarles qué quieren hacer y entre lo que quieren y lo que queremos hacer, buscamos el plan perfecto. Plan perfecto para que todos disfrutemos, para que nuestra actitud y nuestro humor sea el mejor, para qué respetemos que alguna vez nos tocará un plan que no gusta tanto y que al otro le hace tan feliz.

Creo que es muy importante recordar que un día fuimos niños. Preguntémosles a nuestros hijos que es lo que les apetece. Hablemos con ellos y planifiquemos juntos, da igual la edad, lo más importante es que todos podamos compartir momentos inolvidables, independientemente del plan que toque.

 Démosle la palabra y escuchémosle,  es un ejercicio muy valioso si lo trasladamos a otros ámbitos de la vida. Los entrenamos a expresar, a empatizar, a respetar, a escuchar y a sentirse escuchados. Creamos diálogo en casa, confianza padres e hijos…. Hoy lo hacemos planeando las vacaciones pero mañana puede venir tu hijo a contarte qué le pasa, le has enseñado qué en casa se puede hablar, expresar y sentirse escuchado.

¿Que estas planeando para estas vacaciones? Comparte con quien más te quiere y pregúntale qué le gustaría hacer,  mira si son los mismos planes, quizás no es lo que tú tenías previsto. Si nos paramos a pensar programamos hasta el tiempo libre. Muchas veces no damos cabida a “hacer nada”.

Feliz semana

Ester

 

Publicado en Escuela, Familia, inteligencia emocional

Todo pasa por y para algo

arcoirisColegio nuevo, mucho mejor: por su amplitud, por su naturaleza, por el cuadro docente… Todo pinta bien! aunque a veces puede resultar que ir a la escuela puede ser lo mismo que ir a la jungla y por lo tanto buscar todos los recursos para sobrevivir en ella.  Hay niños que sufren acoso por parte de algunos compañeros, que muchas veces queda justificado como  “pequeños incidentes”. Pero realmente, para el niño que lo vive ¿qué es?

Algunos se refugian en el deporte, otros se vuelven más malos que los malos para así creer que tienen el control… cada uno escoge lo que en ese momento le empodera.

Puedo decir que pasé por distintas vivencias en mi etapa escolar y quizás si las miro hoy desde la madurez, no todas fueron acertadas. Hoy, tengo dos carreras, soy Coach certificada y unas cuantas cosas más. Empecé con mi web y al poco tiempo llegó a mí la posibilidad de cursar PNC (Programación Neurocaligráfica) y a partir de aquí vi claro que parte de mi orientación en el mundo del Coaching quería que fuera en el entorno del niño.

Hoy pienso que si alguien hubiera detectado en mi lo que me estaba pasando en mis elecciones, bien fuera a través del arte de saber preguntar, cómo por mi letra, quizás me hubiera ahorrado parte de mi historia. Doy gracias a mi historia y aquí es dónde quiero hacer hincapié.

Hará poco más de un año decidí ir a la escuela dónde pasé parte de mi pre y adolescencia y les conté una “historia”, mí historia! y les dije que podía aportar un granito de arena al mundo educativo si sumaba mi baúl de herramientas con mis vivencias.

Doy gracias a todas las personas que creen en mí y que lo hicieron en su día.

Hace poco en una conversación sobre educación y enseñanza hablábamos de cómo el pasado nos puede hacer sentir mal. Pienso que en la vida las cosas pasan por algo y que en nosotros está superarlas.

A veces pienso qué hubiera pasado si mi realidad hubiera sido otra, pero la verdad es que lo desconozco. No sé donde estaría hoy, quizás gracias a mi pasado hoy soy la persona que soy y veo las cosas desde el aprendizaje que la vida me ha dado.

En el arcoíris existen todos los colores, pero…¿te gustan todos los colores? A mí no, pero el arcoíris me encanta, así que para ver la belleza completa tengo que ver todos los colores, sí o sí.

Gracias a disfrutar de todos los colores del arcoíris presento mi programa de Inteligencia Emocional, Coaching y PNC, aportando valores y actitud.

Quedarme con lo que creo que me funciona y con lo que no, me limita! Así que aplico el rediseño constante.

Adelante, olvídate de quedarte sólo con lo negativo o positivo de las vivencias y mira que puerta se abre por haber pasado por esa vivencia.

Feliz aprendizaje

Ester Echeverría

Publicado en Crecimiento personal, Familia, inteligencia emocional

Respetar la decisión de un hijo

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“Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas del ansia de la Vida por sí misma. Vienen a través vuestro, pero no son vuestros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen” Gibran Khalil Gibran

El otro día fui a visitar a la naturista que atiende a mi hijo para comprarle el último libro que ha escrito relacionado con la alimentación y los niños. En un momento salió el tema de los padres y los hijos, de la comunicación, de darles la libertad que necesitan en cada momento….

Me contó que hace poco tuvo una conversación con su hijo menor, la cual voy a redactar a continuación:

“Mamá, mi situación laboral está mal en estos momentos, en las dos orquestas en las que toco han recortado presupuesto y ya no nos dan el sueldo mensual, nos pagan sólo por concierto y en el conservatorio en el que estoy me han rebajado el sueldo, yo así no puedo vivir. Me ha salido la oportunidad de ir al exterior hacer una demostración de violín. Qué te parece??

La madre le dice: “¿a mí me preguntas qué me parece? Es tu vida hijo! Yo ya he vivido mi vida y el día de mañana yo no estaré, haz lo que creas mejor para ti.

El caso es que el hijo terminado dicho trabajo se  fue a la India, país al que ha viajado con anterioridad y donde tiene a su “maestro”.

La madre me sigue contando: “ahora en unos meses tiene que venir y decirnos si vuelve a España o si se queda en la India, pero ya le he dicho a mi marido que tenemos que pensar en viajar a la India el próximo año, pues sospecho que mi hijo se quedará allí”

Camino a casa me di cuenta que estaba dándole vueltas a la conversación que acababa de tener y me pregunté qué es lo que me tenía atrapada de esa conversación. Pensé: “que par de lecciones me acaba de dar”, por un lado: la importancia de respetar la decisión de un hijo  y dándole  libertad a seguir construyendo su camino y por otro lado qué espíritu de vida, más si tengo en cuenta que está madre actualmente tiene más de 90 años, piensa en mañana con ilusión, alegría, con proyección, con ganas de hacer, de vivir!

 Traigo esta vivencia porque cuantas veces se nos hace difícil tomar las riendas de nuestra vida. Anteponemos a los hijos, a la pareja, a los padres…. , a esa  lista de porque sí o porque no hacer tal cosa… damos el peso a todo ello y quizás vamos en contra de lo que realmente nos gustaría, podemos decir que nos olvidamos de nosotros  mismos, bajo el dicho: “bueno, si así está bien…. total, es lo que hay…”

Muchas veces el discurso interno lo sabemos, racionalmente incluso podemos ver donde está “nuestra  trampa”, el tema es cómo salir de ella en beneficio nuestro y sin dejar que el discurso ponga límites a nuestras decisiones.

Cuando uno tiene familia, las decisiones se toman en beneficio del núcleo familiar, pero esto, no impide que sean propias y que por lo tanto seamos consecuentes con ellas. De esta manera uno va construyendo para sí mismo.

Quería compartir esta reflexión con vosotros, pues pienso que  a veces los miedos o lo que piensen o quieran los demás impide que tomemos “solos”  nuestras decisiones y que nos sintamos libres de escoger  el camino por el  que queremos andar.

Os invito a pensar en esta madre que sigue diciendo que demos libertad a nuestros hijos para que sean dueños de su vida, en la medida que les toque por la edad que tienen. Y apliquémoslo  a ellos, pero también a nosotros mismos, pues muchas veces proyectamos nuestros deseos o frustraciones en nuestros hijos, en cierta forma nos olvidamos de nosotros para vivir en ellos algo que hoy quizás ya no toca.

Ester Echeverría Noci

Publicado en Familia, inteligencia emocional

Pequeña Heidi…

imagesYO2G5I7BHoy, después de un fin de semana intenso, tengo que decir que no podría definir en qué momento de mi vida estoy.  ¿Os ha pasado alguna vez? ¿Os habéis planteado cuán felices sois o estáis?

Pues bien, hoy os voy a empezar a contar la historia de una niña que ha vivido gran parte de su vida en modo sobrevivencia. Pequeña Heidi, sonrisa en la cara, ojos con brillo, ilusión por la vida, por la naturaleza. Placer cada vez que se sumerge en la naturaleza y huele yerba húmeda, neblina, árboles floreciendo… sentimiento de plenitud, totalmente feliz de la vida que estaba viviendo.

Con apenas 6 años empezó a crear personajes nuevos, las famosas máscaras de protección. Sin entender porque,  lo único que sabía es que le servían para que nadie preguntara y pasar así de manera desapercibida.  Hoy no toca entrar en detalles, pero si puedo decir que esa niña a medida que pasaban los años, y que por lo tanto, crecía… curiosamente ella notaba que se hacía más pequeña. No entendía el porqué le pasaba, pero si sabía para qué lo hacía. Para qué le abriera posibilidades que la hacían sentir mejor que el por qué. Esas máscaras eran su llave de oro, era su para qué de oro.

¿Cuántas mascaras de tu infancia crees que han condicionado tu presente?

¿Crees que tu pasado ha influido en tus elecciones de hoy?

Últimamente oímos VIVIR EL AQUÍ Y AHORA, estar al 100% presente. El pasado es pasado, pero cómo pasado que es, nos tiene que servir para tomar conciencia y desde aquí revisar nuestras decisiones de presente para poderlo vivir al 100%. Si nos olvidamos de él, ¿cómo sé que no me va a pasar lo mismo y en unos años tendré que estar revisando más recorrido aún?.

Vivamos el presente sin olvidar nuestra memoria, nuestra vida, nuestro pasado… pues hoy somos lo que somos por una vida entera, no únicamente por el presente.

Feliz Semana

Ester

Publicado en Familia, inteligencia emocional

¿Besas?

10624701_10152401507387163_7721639592973194252_nNo dejes para mañana los besos que puedas dar hoy. Beso sentido!!

Beso entre amigos, de padres a hijos, de hijos a padres, beso apasionado. Dulce, amoroso, extraño, intenso, transportador, decepcionante, aburrido, sublime, que te cambia la vida.

Un beso, al igual que una caricia, un abrazo, una palabra… es una muestra de amor, de cariño, de respeto.

Un beso te relaja y te hace sentir bien, te da felicidad, te llena.

Un beso a la mamá que aún teniendo 80 años se preocupa por sus hijos, un esposo anciano que cuida de su bella mujer, a esa chica joven de la que se enamoró y a la que cada mañana sigue besando. Ese niño que busca a sus papás al bajar del bus, después de una noche de campamentos, para abrazar y besar hasta no poder más…. Infinitos momentos, infinitas situaciones, pero siempre bien agradecido ese beso con cariño y respeto!

Enseñemos a nuestros hijos a mostrar lo que sienten y cómo se sienten, desde el cariño y el más puro respeto.

Y tú… ¿Besas?