Publicado en Coaching, Escuela, Familia, inteligencia emocional

¿Y de sus emociones…?

Guia EmocionesLes enseñamos/acompañamos a caminar, a comer con cubiertos, a montar en bicicleta y…  nos preocupamos/ocupamos por su nivel de inglés, de matemáticas, que escriban bien… ¿Y de sus emociones? ¿Nos ocupamos de que aprendan a distinguir si están tristes o enfadados, contentos,  ilusionados… de que puedan expresar sus emociones o estados  tal cual son sin dañar a otros?

Estamos centrados en qué extra escolares tienen que hacer, que notas tienen que sacar, que es aceptable y que no, y el resultado suele tener alguna consecuencia (para bien o para mal)

Nos ocupamos de que estén preparados para la sociedad competitiva en la que se vive, a una escala profesional: que tengan estudios, idiomas, actividades complementarias, universidad, máster…. Pero qué importancia damos al aprendizaje emocional? Desde mi, es fundamental que lo tengan, porque sin este aprendizaje nuestros hijos no serán felices, ni los veremos triunfar por muy preparados que estén.

Cada uno de nosotros siente a su manera las emociones, no vale con decir:”película de terror igual a miedo”, pues no para todos  es miedo.  No es lo que siente solamente, sino cómo siente y que peso tiene. Es importante que sepamos transmitir a los niños que no todo se resume en: “alegría, tristeza, miedo, enfado, sorpresa…”, poco a poco hay que dejarles que describan bien que sienten: “Felicidad, satisfacción, optimismo, tranquilidad, ira…” y que lo puedan expresar sin censura, pero a la vez con respeto y sin dañar. Si se sienten incomprendidos, si les decimos:”no pasa nada”, “esto es una tontería, no vale la pena que te pongas así”… la próxima vez puede ser que no vengan a contarnos lo que les pasa o como se sienten.

Es algo a lo que le estoy dando muchas vueltas, pues como madre pienso que fallaría si no les enseño y transmito que por encima de todo priman los valores y el poder decir lo que piensan sin herir a la persona que tienen delante. Quiero que puedan decir  “no” sin sentirse culpables y sintiéndose responsables de ello, expresar cómo se sienten independientemente del ámbito en el que estén. Supongo que para ello, hay que mostrarles que todos sus sentimientos, sus emociones y sus decisiones son legítimas y no juzgarlas, simplemente escucharles y acompañarles en su sentir.

Es un camino que me resulta trabajoso, pues requiere mucho de uno mismo, en el sentido de que no todos los días son  el mejor día y que como todo ser humano hay días que el umbral de paciencia o el de tolerancia no es el óptimo, pero sí es el camino que escojo (como coach y como madre) para darles a los niños la libertad de ser transparentes y que esta transparencia sea lo más sana posible, que les sea útil y un valor añadido en su aprendizaje para su futuro.

“Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro.” Kennedy, John Fitzgerald:

Ester Echeverría Noci

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