“Hoy he tenido un mal día”, así salía ayer una hermosa niña del colegio. Y uno cuando escucha estas cosas piensa, ¿cómo puede ser? Es una persona que se la ve feliz, una buena alumna, actitudinal y aptitudinalmente hablando.
Uno se pregunta qué siendo así, cómo puede ser que sus días en la escuela no sean los mejores. Si hacemos un ejercicio de reflexión y pensamos si a nosotros nos gustaba ir a la escuela, el resumen es que sí, quizás más por los amigos que por ir a estudiar dirían unos, otros por las dos cosas…
Es cierto, en nuestra época también se hacían trastadas en el aula o se molestaba más a un compañero que a otro…. pero hoy!! hoy, en mi opinión es terrible. Resulta que si eres listo y tienes ganas de estudiar, pasas de ser “el listillo y sabe lo todo de la clase” y del que todo el mundo pasa (esto en nuestra época) a ser el blanco de todos, y rozando unos niveles de maldad inimaginables. Qué pasa si además estos niñ@s no sienten el respaldo de los profesores, otros compañeros? O incluso el de los padres? que con toda la buena intención les dicen: “ va… esto es una chiquillada, no te lo tomes mal”.
¿Porqué padres, profesores y profesionales (psicólogos, coach, terapeutas…) no somos capaces de encontrar un código común de actuación? ¿Por qué pasamos la pelota de unos a otros? ¿Será que reconocer que hemos de modificar algo nosotros y no lo niños nos pone en una situación de reconocimiento de qué algo no va y de vulnerabilidad?
Pensemos que al fin y al cabo el que sufre es un ser que está formándose para ser una gran persona y en parte depende de nosotros. Fijémonos también en ellos y no sólo en los que se comportan mal (continuamente) en clase.
Pensemos que estos niñ@s viven ocultándose para no ser agredidos y no agredidos físicamente, sino psíquicamente!
Qué pasaría si en lugar de pasarnos la pelota, nos sentáramos juntos y nos preguntáramos: ¿Para qué lo hacemos, para qué nos pasamos la pelota?
Ester Echeverría
Muy interesante el articulo, es necesario estar atentos como padres a las reacciones de nuestros hijos ,así detectaremos situaciones problemáticas para ellos. El siguiente paso es transmitirlo a su maestra, profes etc. Si los niños se ven respaldados por sus padres, se sentirán menos indefensos.
Gracias Malena! Comparto totalmente tu punto de vista y los padres son el pilar más grande de los hijos, o así debería ser. Gracias