
Como si se arrastrara cargando una maleta pesada se dirige al inicio de un nuevo camino.
El día uno, empieza a guardar en ella experiencias, decisiones, decepciones, fracasos, logros, tristeza y alegría. El día dos, más, y así va añadiendo y soltando cosas de su maleta, para que no le pese a fin de año.
Este año, suma esfuerzo, sacrificio, pérdidas, duelos… y llega al 360, sabiendo que no ha vaciado lo suficiente para poder ir añadiendo más vida en su maleta.
Siente vértigo, pero sabe que quedarse sentado, mirándola, no va a hacer que el nuevo viaje sea más ligero.
Primero, ha tenido que despojarse de los miedos, empezando por reconocerlos y aceptarlos. Uno cree que es fácil pasar el día a día, pero a veces la vida te da un toque y te dice que no todo está bajo control.
Lidiar con ese peso de saber que sus decisiones han podido marcar un rumbo equivocado no es fácil. Pero cierto es, que nadie sabe que sería de su vida sin esas decisiones.
A pesar de arrastrase, sabe que hay que vaciar y empezar de cero, pese lo que pese, pues la vida es un regalo que no se puede desperdiciar.
Toca empezar de nuevo y para ello lleva a sus compañeros de viaje para que le ayuden a aligerar, vaciar, tirar y guardar lo que realmente merece la pena.
Hay una nueva oportunidad y queda poco para vaciar esa maleta y dejarla libre para el nuevo viaje que está a punto de empezar.
Hubo un maestro que le dijo, sigue a delante, ama a tu familia, haz feliz a tu pareja, a tus hijos, tanto como ellos te hacen feliz a ti. Ama por encima de todo.
Empieza este nuevo año valorando los fracasos y los logros que has tenido.
Ve y abraza a tus seres queridos y diles cuánto los amas.
Ten esa conversación que tanto te cuesta, antes de que sea tarde.
Por último, dedícate un tiempo para ti. Escúchate y pregúntate si estás orgulloso de ser quién eres.
Feliz Año de todo corazón
Ester Echeverría Noci