Publicado en Crecimiento personal, grafología

Ejercicio para cuando te sientes atrapado en ese pasado «superado»…

escribiendoCrees que has trabajado esos hechos que marcaron tu caminar por la vida, que estás en un punto distinto, creciste un nivel más, puedes verlos sin que te provoquen ese dolor, o esa rabia que en su día marcaron y hoy… algo te hace conectar con ello de nuevo y crea esa sensación de mal estar, de “para qué”…

Si es así como te sientes y un día pudiste darle la vuelta, adelante… en tus manos está revertir esa sensación, no tapándola, sino  superándola.  Ten muy claro e identificado, qué te pasa, qué te hizo conectar con ello y qué crees que te ha hecho sentir así nuevamente. Escribe todo ello, sin pensar, sin filtro, como una lluvia de ideas, da igual si crees que no tiene sentido, sigue escribiendo y cuando creas que has terminado, dale otra vuelta más, y otra más, contra más escribas, más saldrá de dentro.

Seguramente, saldrán cosas que  al no ser pensadas ni las habías identificado, quizás son estas las primeras que vas a tener que trabajar.

Escoge la que más te ha provocado esa sensación de sorpresa, de desagrado, de agrado… y activa un plan de acción para revertirla. Puede ser que haya cosas que no las puedas trabajar con la /las persona/as, porque no te apetece o porque ya no están en tu vida… quizás puedas escribirles una carta donde expresas todo lo que te hizo conectar con esa emoción. Una vez escrita, cierra los ojos y imagínate que se la entregas, luego la puedes quemar, tirar… Otra manera, puedes coger una foto y mantienes una conversación y le explicas que te pasó con el hecho que sucedió.

Si prefieres, puedes contactar conmigo y me cuentas en qué punto estás, de allí en adelante tú decides si quieres emprender un ese viaje acompañad@. Tu primer encuentro es gratuito.

Espero os haya servido 🙂

Saludos,

Ester Echeverría

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, Familia

Nuestros hijos no son nuestros hijos…

CyM“Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas del ansia de la Vida por sí misma. Vienen a través vuestro, pero no son vuestros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen” Gibran Khalil Gibran

Buscando un libro, apareció de nuevo en mis manos el último libro que le compré a la Dra. Guardiola (a ella le debemos una nueva gratitud porque fue la naturista que atiende a mi hijo y que logró que él hoy coma) relacionado con la alimentación y los niños. Y recordé la conversación que mantuvimos, donde salió el tema de los padres y los hijos, la comunicación, darles la libertad que necesitan en cada momento….

Me contó una conversación que mantuvo con su hijo menor, la cual voy a redactar a continuación:

“Mamá, mi situación laboral está mal en estos momentos, en las dos orquestas en las que toco han recortado presupuesto y ya no nos dan el sueldo mensual, nos pagan sólo por concierto y en el conservatorio en el que estoy me han rebajado el sueldo, yo así no puedo vivir. Me ha salido la oportunidad de ir al exterior hacer una demostración de violín. Qué te parece??

La madre le dice: “¿a mí me preguntas qué me parece? Es tu vida hijo! Yo ya he vivido mi vida y el día de mañana yo no estaré, haz lo que creas mejor para ti.

El caso es que el hijo terminado dicho trabajo se  fue a la India, país al que ha viajado con anterioridad y donde tiene a su “maestro”.

La madre me sigue contando: “ahora en unos meses tiene que venir y decirnos si vuelve a España o si se queda en la India, pero ya le he dicho a mi marido que tenemos que pensar en viajar a la India el próximo año, pues sospecho que mi hijo se quedará allí”

Camino a casa me di cuenta que estaba dándole vueltas a la conversación que acababa de tener y me pregunté qué es lo que me tenía atrapada de esa conversación. Pensé: “que par de lecciones me acaba de dar”, por un lado: la importancia de respetar la decisión de un hijo  y dándole  libertad a seguir construyendo su camino y por otro lado qué espíritu de vida, más si tengo en cuenta que está madre actualmente tiene más de 93 años, piensa en mañana con ilusión, alegría, con proyección, con ganas de hacer, de vivir!

Me ha parecido interesante compartir con vosotros  esta vivencia porque cuantas veces se nos hace difícil tomar las riendas de nuestra vida. Anteponemos a los hijos, a la pareja, a los padres…., a esa  lista de porque sí o porque no hacer tal cosa… damos el peso a todo ello y quizás vamos en contra de lo que realmente nos gustaría, podemos decir que nos olvidamos de nosotros  mismos, bajo el dicho: “bueno, si así está bien…. total, es lo que hay…”

Muchas veces el discurso interno lo sabemos, racionalmente incluso podemos ver donde está “nuestra  trampa”, el tema es cómo salir de ella en beneficio nuestro y sin dejar que el discurso ponga límites a nuestras decisiones.

Cuando uno tiene familia, las decisiones se toman en beneficio del núcleo familiar, pero esto, no impide que sean propias y que por lo tanto seamos consecuentes con ellas. De esta manera uno va construyendo para sí mismo.

Quería compartir esta reflexión con vosotros, pues pienso que  a veces los miedos o lo que piensen o quieran los demás impide que tomemos “solos”  nuestras decisiones, por lo tanto escogemos condicionados el camino por el  que queremos andar.

Os invito a pensar en esta madre (que allá donde esté a mi me sigue iluminando), que demos libertad a nuestros hijos para que sean dueños de su vida, en la medida que les toque por la edad que tienen. Y apliquémoslo  a ellos, pero también a nosotros mismos, pues muchas veces proyectamos nuestros deseos o frustraciones en nuestros hijos, en cierta forma nos olvidamos de nosotros para vivir en ellos algo que hoy quizás  no nos toca y menos nos pertenece.

No hagamos de nuestros niños muñecos programados, que con darles cuerda ya está todo bien, dejemos que ellos programen su andar por la vida acompañados de nosotros y de sus maestros o guías.

Ester Echeverría Noci

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, Distinciones

“A veces la vida te pone en situaciones límites…»

luz-lanas“A veces la vida te pone en situaciones límites…” Cuantas veces hemos escuchado esta frase!

Responsabilizamos a la vida, pero pensemos…. ¿será que somos nosotros los  responsables de las decisiones que tomamos para  hagan que la vida suceda tal como está sucediendo?

Si, es cierto, hay momentos en que las cosas se han liado tanto que ya no sabemos por donde tirar. Pongámoslo en imágenes. Un ovillo de lana, tiramos de una punta para empezar a deshacer el ovillo, y resulta que es la punta equivocada, el lío que se hace es enorme. En esta situación podemos, quejarnos de que el que hizo el ovillo tenía que haber escondido la punta del final y bla bla bla… o podemos armarnos de paciencia y con el más delicado cuidado empezar a deshacer el lío que se ha hecho. Cada decisión que tomemos hemos de ver si nos aleja o nos acerca a nuestro objetivo.

Hablamos de responsabilidad, ¿cuan conscientes somos de nuestra responsabilidad en las cosas que nos dan un resultado distintos al que queremos? ¿Cuál es nuestro piloto automático?

A veces responsabilizamos a los otros de lo que nos pasa porque es muy duro asumir que somos parte del resultado conseguido.

Además de hablar de responsabilidad, ¿crees que podríamos estar hablando de miedo? Miedo al qué dirán, miedo al rechazo, miedo a hemos fallado, miedo a la soledad…. ¿Nuestro ego nos permite ser vulnerables?

Todas estas preguntas han surgido porque creo que no somos justos con la vida, culpamos y responsabilizamos fuera las cosas que nos pasan, y sí,  puede ser que fuera esté el punto que hizo que hoy estemos donde estamos, pero ¿quién decidió tomar, escoger, seguir, hacer….? Uno mismo

Busquemos en nuestro interior y reconozcámonos vulnerables, aceptemos que somos responsables de la vida que tenemos y hagamos los pasos que tengamos que hacer para llegar a la vida que queramos, nosotros, como individuo que somos,  para desde aquí poder ser consciente de las decisiones comunes, solitarias… que tomemos para tener la vida que queremos.

Gracias por encontrar nudos en la vida, pues es un paso más que consigo para llegar a la plenitud.

Ester Echeverría

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, inteligencia emocional

Las rachas son como el tiempo…

amanecerSon las 6:30 am, parece que el sol tiene ganas de iluminar mi camino pero la luna todavía está presente. Camino hacia la parada del bus, pronto entro a trabajar. Me gusta la paz que transmite la ciudad, puedes escuchar y distinguir mejor todos los sonidos que te ofrece madrugar. Mientras estoy disfrutando de ese silencio matutino, dos voces fuertes interrumpen mi estado de paz. Cuando esas voces se  alejan me quedo pensando en lo que acaban de decir: “las rachas son como el tiempo, tienen que haber buenas y malas. El tiempo tiene que ser cambiante para que haya un equilibrio”.

Me llevé esta frase a mi vida, y pensé: “todo pasa por y para algo”. Estoy en un punto de cambio, y aunque por momentos pueda ver los días más grises que azules, siempre hay un rayo de luz que ilumina mi camino. Sigo mi intuición y acepto que estoy aquí y ahora y que, como dijeron estos chicos, ya vendrá otro día y equilibrará mi vida.

Lo que más me ayuda a poder tener esta paz son: mis valores y  ser fiel a mí misma. Aceptar que la vida son rachas no cambia mi realidad pero posibilita a que pronto vendrá un cambio, sin idealizarlo ni juzgarlo, aceptando que lo que pase será fruto de mis elecciones, desde este punto me responsabilizo de lo que pase y no culpo.

En mi nuevo rol de llevar un equipo de trabajo formado por personas donde los objetivos de vida y las edades son tan distintas, cuando pregunto: “quién hizo esta rotación, o este cambio, o repuso tal cosa… “ la respuesta siempre es la misma (independientemente de la persona): “es culpa mía”… siempre digo lo mismo: “aquí no hay culpas, hay responsabilidades”. Esto me hace pensar que funcionamos con piloto automático,  que estamos entrenados a culpabilizarnos y eso nos frustra porque defraudamos y nos hace sentir mal, pequeños…. Tomémoslo como una responsabilidad y una oportunidad de aprendizaje.

Y tu vida… en qué racha está?.

Un abrazo y feliz domingo

Ester

Publicado en Crecimiento personal, Familia, inteligencia emocional

Respetar la decisión de un hijo

Matías Garraf - copia.png

“Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas del ansia de la Vida por sí misma. Vienen a través vuestro, pero no son vuestros. Y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen” Gibran Khalil Gibran

El otro día fui a visitar a la naturista que atiende a mi hijo para comprarle el último libro que ha escrito relacionado con la alimentación y los niños. En un momento salió el tema de los padres y los hijos, de la comunicación, de darles la libertad que necesitan en cada momento….

Me contó que hace poco tuvo una conversación con su hijo menor, la cual voy a redactar a continuación:

“Mamá, mi situación laboral está mal en estos momentos, en las dos orquestas en las que toco han recortado presupuesto y ya no nos dan el sueldo mensual, nos pagan sólo por concierto y en el conservatorio en el que estoy me han rebajado el sueldo, yo así no puedo vivir. Me ha salido la oportunidad de ir al exterior hacer una demostración de violín. Qué te parece??

La madre le dice: “¿a mí me preguntas qué me parece? Es tu vida hijo! Yo ya he vivido mi vida y el día de mañana yo no estaré, haz lo que creas mejor para ti.

El caso es que el hijo terminado dicho trabajo se  fue a la India, país al que ha viajado con anterioridad y donde tiene a su “maestro”.

La madre me sigue contando: “ahora en unos meses tiene que venir y decirnos si vuelve a España o si se queda en la India, pero ya le he dicho a mi marido que tenemos que pensar en viajar a la India el próximo año, pues sospecho que mi hijo se quedará allí”

Camino a casa me di cuenta que estaba dándole vueltas a la conversación que acababa de tener y me pregunté qué es lo que me tenía atrapada de esa conversación. Pensé: “que par de lecciones me acaba de dar”, por un lado: la importancia de respetar la decisión de un hijo  y dándole  libertad a seguir construyendo su camino y por otro lado qué espíritu de vida, más si tengo en cuenta que está madre actualmente tiene más de 90 años, piensa en mañana con ilusión, alegría, con proyección, con ganas de hacer, de vivir!

 Traigo esta vivencia porque cuantas veces se nos hace difícil tomar las riendas de nuestra vida. Anteponemos a los hijos, a la pareja, a los padres…. , a esa  lista de porque sí o porque no hacer tal cosa… damos el peso a todo ello y quizás vamos en contra de lo que realmente nos gustaría, podemos decir que nos olvidamos de nosotros  mismos, bajo el dicho: “bueno, si así está bien…. total, es lo que hay…”

Muchas veces el discurso interno lo sabemos, racionalmente incluso podemos ver donde está “nuestra  trampa”, el tema es cómo salir de ella en beneficio nuestro y sin dejar que el discurso ponga límites a nuestras decisiones.

Cuando uno tiene familia, las decisiones se toman en beneficio del núcleo familiar, pero esto, no impide que sean propias y que por lo tanto seamos consecuentes con ellas. De esta manera uno va construyendo para sí mismo.

Quería compartir esta reflexión con vosotros, pues pienso que  a veces los miedos o lo que piensen o quieran los demás impide que tomemos “solos”  nuestras decisiones y que nos sintamos libres de escoger  el camino por el  que queremos andar.

Os invito a pensar en esta madre que sigue diciendo que demos libertad a nuestros hijos para que sean dueños de su vida, en la medida que les toque por la edad que tienen. Y apliquémoslo  a ellos, pero también a nosotros mismos, pues muchas veces proyectamos nuestros deseos o frustraciones en nuestros hijos, en cierta forma nos olvidamos de nosotros para vivir en ellos algo que hoy quizás ya no toca.

Ester Echeverría Noci