Haces balance y te das cuenta de que tu transcurrir en la vida es como una montaña rusa. De pequeño te imaginas cómo ser de joven y de mayor. En qué trabajaré o si me casaré y formaré una familia o por lo contrario uno prefiere vivir rodeado de amigos y con poca más responsabilidad que él o ella mismo….
Cuando uno está en horas bajas, tiende a tomar decisiones poco acertadas, quizás las toma más desde el cansancio y agotamiento que desde lo que uno quiere, es decir con coherencia.
¿Existe la vida perfecta? No lo sé, porque lo que para mi es perfecto, quizás, para ti no.
Pero dime, si alguna vez, ya te importa todo poco y dices de perdidos al río… Pues a mi sí me pasa y a veces tomo decisiones erróneas. Qué fácil es analizarlo a toro pasado…
Te voy a decir que me funciona a mí, por si te sirve: espero que pase ese bajón y una vez me invade nuevamente la calma, hago balance y paso por lo que quiero, lo que no quiero, lo que siento, tanto positivamente como negativamente y voy tomando nota. Escribo sin pensar, hojas y hojas… dejo que mi mano refleje todos mis pensamientos en una hoja en blanco, como pintor que pinta su lienzo…. Hasta que ya no da más. He hecho un vaciado de mi mente, de sus conversaciones, porque te puedo decir que hay momentos que parece que uno tenga mil voces que le hablan. Cuando he terminado, lo dejo y hago otra cosa, mi mente está saneada, porque se ha vaciado.
Luego, en otro momento u otro día, busco mi momento de paz y leo ese lienzo y me doy cuenta de cuánto es real, cuánto es una empanada mental y si realmente eso era tan grave para llegar a ese punto de colapso y querer hacer STOP.
Desde este punto ya puedo tomar decisiones, acciones y sentimientos más ajustados a la realidad.
Te invito a que lo pruebes y me digas si te ha funcionado y si te ha servido.
Te mando un abrazo y te deseo un muy buen fin de semana.
Ester Echeverría Noci