
A un año de que empezó este gran cambio de vida a nivel mundial paro a reflexionar que ha pasado mientras transitaba por él.
Momentos de miedo, preocupación y ocupación a la vez, soledad, agobio …. un sin fin de emociones me invaden y me producen una sensación rara en mi.
Siento alegría por estar bien, porque la gente más próxima está bien, porque han habido nacimientos y eso es un indicador de que la vida sigue. Siento tristeza, por las pérdidas, por la distancia que nos ha tocado vivir, por esa desafectivización a la que nos ha llevado este querido virus, pandemia o el nombre que querramos ponerle. Somos latinos, sangre caliente, nos gusta el abrazo y el beso y eso se ha cortado en seco, pero hemos aprendido a desarrollar otros sentidos, nuestros ojos brillan más en todo sentido, mírame y verás si estoy triste o alegre, distinguimos ese brillo como nunca antes.
Hay momentos en que me veo luchando contra viento y marea al igual que Quijote luchaba contra los molinos. Hay otros en que visualizo mi vejez, feliz llena de luz y rodeada de la gente que más amo.
Gracias por este año tan complicado, pues he aprendido a valorar más lo que tengo y siento y a desvalorizar más otras tantas cosas que antes eran prioritarias.
Acordémonos de la importancia de agradecer, pues generamos una energía de plenitud, porque ponemos el foco en lo positivo que nos ha pasado y eso nos permite caminar.
¿A qué le darías gracias tú?
¿Qué es lo más valioso para ti hoy?
¿Coincide con lo que pensabas hace un año?
CUÉNTAME
Buen fin de semana,
Gracias por ser y estar.