“A veces la vida te pone en situaciones límites…” Cuantas veces hemos escuchado esta frase!
Responsabilizamos a la vida, pero pensemos…. ¿será que somos nosotros los responsables de las decisiones que tomamos para hagan que la vida suceda tal como está sucediendo?
Si, es cierto, hay momentos en que las cosas se han liado tanto que ya no sabemos por donde tirar. Pongámoslo en imágenes. Un ovillo de lana, tiramos de una punta para empezar a deshacer el ovillo, y resulta que es la punta equivocada, el lío que se hace es enorme. En esta situación podemos, quejarnos de que el que hizo el ovillo tenía que haber escondido la punta del final y bla bla bla… o podemos armarnos de paciencia y con el más delicado cuidado empezar a deshacer el lío que se ha hecho. Cada decisión que tomemos hemos de ver si nos aleja o nos acerca a nuestro objetivo.
Hablamos de responsabilidad, ¿cuan conscientes somos de nuestra responsabilidad en las cosas que nos dan un resultado distintos al que queremos? ¿Cuál es nuestro piloto automático?
A veces responsabilizamos a los otros de lo que nos pasa porque es muy duro asumir que somos parte del resultado conseguido.
Además de hablar de responsabilidad, ¿crees que podríamos estar hablando de miedo? Miedo al qué dirán, miedo al rechazo, miedo a hemos fallado, miedo a la soledad…. ¿Nuestro ego nos permite ser vulnerables?
Todas estas preguntas han surgido porque creo que no somos justos con la vida, culpamos y responsabilizamos fuera las cosas que nos pasan, y sí, puede ser que fuera esté el punto que hizo que hoy estemos donde estamos, pero ¿quién decidió tomar, escoger, seguir, hacer….? Uno mismo
Busquemos en nuestro interior y reconozcámonos vulnerables, aceptemos que somos responsables de la vida que tenemos y hagamos los pasos que tengamos que hacer para llegar a la vida que queramos, nosotros, como individuo que somos, para desde aquí poder ser consciente de las decisiones comunes, solitarias… que tomemos para tener la vida que queremos.
Gracias por encontrar nudos en la vida, pues es un paso más que consigo para llegar a la plenitud.
Ester Echeverría