Publicado en Coaching, Crecimiento personal, Distinciones, inteligencia emocional

A veces nos aferramos a las palabras…

1535030_10151875709901006_733279413_nA veces nos aferramos a las palabras como lo más importante en nuestra vida, pero hay tantas cosas que se dicen en silencio. Si observáramos más nuestro entorno y no nos dejáramos llevar por el que dicen o el qué dirán viviríamos tan felices! Nos preocupa tanto la imagen que hemos de dar, no digo imagen solamente física, sino nuestra manera de ser, de tomar decisiones, de pensar… Acabamos creando personajes clónicos de nosotros mismos (físicamente hablando) y emocional y personalmente somos diferentes. Dime: ¿te muestras igual, en el trabajo, en casa, con los amigos, en la facultad….? o muestras una parte de ti, adaptada al entorno en el qué estás en el momento, o… no te muestras por miedo al qué dirán. Cuantas veces queremos agradar y por ello hacemos cosas que no van con nosotros. OK, me puedes decir que quizás no irías a casa de tus suegros, o de ese amigo… pero bueno, vas por cortesía y por respeto a tu pareja, a tus otros amigos… está bien, digamos que lo haces con una intención, por respeto hacia alguien a quien quieres mucho. El tema viene cuando hacemos algo para agradar a otro y este algo no va con nosotros, no somos así, pero con tal de “no perder” a esa persona lo hacemos. ¿En qué lugar nos ponemos? Dejemos de pensar cómo quieren que seamos y seamos nosotros mismos.

Volviendo al inicio, antes de dar una respuesta observemos qué nos quieren decir, que nos quieren transmitir y evitemos que nos salte el «chip» por suponer o por interpretar. Observemos sus palabras, a veces una “,” puede cambiar el sentido de la frase, observemos su corporalidad, su emoción… quizás si nos ponemos en un mismo plano, resulta que podemos conversar y no discutir y podemos conversar porque entendemos lo que nos quiera decir aunque no estemos de acuerdo y no sintamos lo mismo, hemos de poder conversar teniendo distintas opiniones y no entrar en la fácil de discutir por un tema…

A veces las relaciones no son difíciles, las hacemos difíciles.

Ester Echeverría

Publicado en Familia, inteligencia emocional

¿Qué le pasa a mi hij@?

IMG 013 - copiaAyer, mientras tomaba un café con una amiga nos pusimos a hablar de los hijos, de la importancia de crear personas y no solamente darles la educación que toca por edad. Hablábamos de la importancia de que el niñ@ pueda expresar cómo es y cómo se siente. Dicho así, muchos podemos decir, “si ya lo hago”, pero qué pasa si el niñ@ no es capaz de hacerlo? Puede ser por distintos motivos, por miedo al qué dirán, por miedo a que me regañen, por miedo a frases como: “ya te lo dije” o “los niños no lloran” o “sacaste malas notas”, “por ocultarse”….

Soy de las que creé que los niñ@s tienen que poder expresar con libertad lo que sienten y lo que les pasa, pero también hay que prepararnos para ser buenos interlocutores, buenos oyentes, escuchar a todos los niveles (corporal y verbalmente). Muchas veces el ejercicio de estar para y por ellos es agotador, lo reconozco! Estamos cansados, con nuestras preocupaciones, con nuestras ganas de leer, salir a correr…. y justo en ese momento nos reclaman.

Tuve hijos voluntariamente, escogí ser madre, escogí amar a ese ser, a educar, escuchar, acompañar…. Pongo este matiz, porque no es obligatorio tener hijos, es una decisión compartida y pensada. Pienso que la vida está marcada por las elecciones que nosotros mismos hacemos y no por “lo que toca” hacer.

Volviendo al inicio, al café con mi amiga, me comenta qué le estaba pasando con su hija: la veía triste, apagada, desmotivada… los resultados en la escuela son fantásticos, su comportamiento en casa muy bueno, una niña obediente, estudiosa, trabajadora…. La gran pregunta: ¿qué le pasa a mi hija? Consultando con especialistas deciden que sería bueno hacerle una batería de pruebas psicológicas para ver dónde está, cual es el punto de partida. Resulta que cuando la niña empieza a hablar con este especialista, se siente que alguien habla su idioma y que allí podrá ser ella. En ese momento la niña florece, cambia su corporalidad, su expresión de cara…. ¿Qué le pasaba a esta niña? No quería destacar en ningún lado y decidió ser la niña que todos querían, y lo decidió porque pensó que eso le iba a funcionar, pero no fue así. En ese despacho pudo florecer y mostrar la bella planta que tenía dentro y de repente creció, sacó sus colores, sus mejores flores, como árbol en primavera y pasó del gris al arco iris. Hoy ha descubierto que es más feliz así, mostrando quién es sin miedo a qué vean todo su potencial. Hemos descubierto a nuestra hija, ahora es feliz, se levanta riendo, alegre, contenta de ir a la escuela… Esta niña ha encontrado su sentir en la vida.

Cuán importante es estar atentos qué me cuenta mi hij@, alumn@, amig@… a la libertad de expresión y a la capacidad de escucharlo.

Ester Echeverría

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, inteligencia emocional

Soñemos…

la foto (3)Seamos como niños, dejémonos llevar por nuestra imaginación! Soñemos!!

Hoy nos dicen que proyectemos a dónde queremos llegar  y tracemos un plan de acción. ¿Qué hubiera pasado si esto nos lo hubieran dejado hacer desde chicos? ¿Qué sería de nosotros si hubiéramos tenido la libertad de seguir nuestros sueños en lugar de pensar en qué tengo que estudiar, para trabajar y así poder mantenerme y mantener a mi familia?

Creo que desde la libertad del sentir y del pensar hubiera llegado más lejos, si me hubiera dejado llevar por hacer lo que me apasionaba, hoy mi vida sería distinta. No la cambio, pues todo es un aprendizaje, pero sí puedo decir que soy una defensora de que los niños sean personas con capacidad de decisión y de reflexión, de autoaprendizaje por probar, por jugar, por ensayo/error y sacar conclusiones.

Un niño aprende mucho más cuando experimenta que cuando le dicen: “esto sí, esto no, porque lo digo yo, adulto y con más experiencia que tú”.

Hoy nos dicen que busquemos a nuestro niño interior, y ¿si en lugar de buscarlo lo hubiéramos cogido de la mano desde pequeños y hubiéramos caminado juntos por la vida? 

¿Crees que tu vida sería distinta a la de hoy?….

Cuenten, pues de la experiencia y el compartir se aprende mucho…

Ester Echeverría

Publicado en Crecimiento personal, inteligencia emocional

¿Con qué mano agarras el futuro?

pasadoSi no sueltas el pasado ¿con qué mano agarras el futuro?. Estamos próximos a fin de año y viene la lista de propósitos para el año entrante. Cargamos nuestra mochila con tengo que, debería que… partimos con unas expectativas altas y si somos realistas y revisamos nuestras listas anteriores veremos realmente si hemos cumplido con nuestros propósitos. Si hablo por mí, tengo que decir que no los cumplo, soy realista y por esto esté año va a ser diferente.

¿En qué difiere este año? Pues bien, voy a empezar por hacer una lista de qué cosas quiero dejar en el camino para poder dar paso a las que quiero hacer este año.  No sé si les he contado que estoy preparándome y por tanto viviendo el método Kimmon, con Quim Valls, Manu Ramírez, y todo un equipo de expertos geniales :-). Este mes estoy trabajando la perseverancia y me he dado cuenta que parte de lo que no me funciona es por falta de perseverancia.  Falta de perseverancia y poner el foco fuera. La responsable de que las cosas funcionen soy yo sola y por respeto a mí misma y porque creo en mí, tengo que perseverar en lo que me es beneficioso y hacer de mí mi mejor versión.

Si me comparo con un ordenador, diría que estoy a cero de memoria, no cabe ni un alfiler. Qué hacemos en estos casos, vaciar para poder llenar de cosas nuevas necesarias en ese momento. Pues lo mismo me pasa!  Voy a soltar lo que no me aporta para poder así sentirme despejada y no aturdida con tengo que, tengo que, tengo que….  Me agota solo de pensarlo.

Os invito a que hagáis el ejercicio: para empezar voy hacer una lista de 20 cosas que sí quiero y 20 de las que tengo y que ya no quiero (no va por lo material, este zapato si, este jersey no…) por ejemplo que propósitos quisieras, sin filtro, (deja ir tu mente a lo más lejos posible) para este año entrante y cuáles no. En mi caso y sin filtro, quiero escribir un libro y de las que ya no quiero, estar disponible a cualquier hora para todo el mundo y por tanto aparcando mis proyectos para que se cumplan las expectativas que tienen los demás en mí y así seguro no les fallo (aquí debería hablar/trabajar de qué me pasa con ello :-)). Una vez tengamos hecho este paso, de las 20 que sí quiero, escojo 10 y hago lo mismo y luego lo reduzco a 5. Atención, no hagan trampa y escojan sólo 5 de entrada, pues pueden estar descartando cosas muy valiosas.

Trampas en las que podemos caer: tengo que o debería que… no es concreto y determinado, voy hacer esto hoy, en una semana… pongan fecha como en un plan de acción. Porque si no estaremos a 27 de diciembre de 2015 y diremos aun me quedan 4 días del año para cumplir.

Espero que os sirva! decidme si os ha funcionado, del feedback  vuestro aprendo mucho!

Cariños!

Ester

Publicado en Coaching, Crecimiento personal, inteligencia emocional

¿Qué Te mueve?

Estos días corre de nuevo por la red este video, al que os pido, si podéis o apetece,  dedicarle  unos minutos de vuestro día y os digáis una vez terminado, ¿Qué es lo que más me ha movido?, a partir de aquí averiguar que emociones os ha producido, por qué crees qué os ha llamado la atención…. http://youtu.be/8WATgU5PduE

Ya sé que podéis pensar  que es un video más, que conmueve, que en el fondo están pidiendo que todos pongamos nuestro granito de arena, pues en los tiempos que corren toda ayuda es poca!! Y bueno quién sabe, a lo mejor alguno ayudaremos y pensaremos, una buena acción antes de terminar el año, por qué no??

Ahora me gustaría compartir con vosotros lo que me ha pasado al ver este vídeo: lo he tenido que ver/escuchar  muchas veces, pues cada vez entraba en mí, un mensaje nuevo. Hay tantas comparaciones de palabra que me han movido, que me gustaría exponerlas aquí, en este espacio donde me gusta compartir:

imposibleLo primero que me ha llamado la atención es una pancarta que pone IMPOSIBLE y luego una mano tapa IM para dar paso a POSIBLE.

El color que hay, da vida!! Justo por lo que ellos están luchando: para ser posible!    

Hablan de Perdido vesrus (vs) Buscando

No llego vs de puntillas lo alcanzo

Caíste vs yo me levanto

Pensar vs Soñar

Todas ellas, para mí, invitan a qué reflexionemos sobre nuestro día a día y cómo pasando la palabra a positivo nos ayuda  accionar.

De todas las veces que lo he escuchado, hay un momento en que me ha resonado mucho esta frase:“soñar, es liberar nuestro inconsciente, el filtro de censura del pensamiento”. Impresionante!! Me puse a pensar…. Cuántas veces “la razón” nos frena a la acción? Nos paraliza, pues racionalmente ya sabemos (eso creemos) todas las respuestas, salidas, consecuencias… por lo tanto, NO acción y SI confort! Pues lo que tenemos ya lo sabemos y lo que no, por las dudas nuestra mente ya nos dice lo que va a ser, se adelanta sin darnos la posibilidad de experimentar.

HAY QUE SOÑAR!!  Los niños, se pasan el día soñando, creando un mundo nuevo cada día, y con alegría, quizás puede ser por no tener los juicios, prejuicios, etiquetas… que nosotros tenemos por años de vida!!

En una de mis primeras clases de Coaching nos propusieron hacer un ejercicio: El mandala. Genial!! Tenía que ponerle patas a mi sueño para poderlo realizar. Y aquí estoy, compartiendo mi sueño y caminando en él, con esfuerzo, sacrificio y con ilusión!!! Muchas veces pienso que no llego, que para qué lo hice…. Y hoy este video me ha dado la respuesta de para qué  SÍ lo hice!!

Y a ti… que es lo que más te ha movido, qué has sentido, comparte en este espacio tus ilusiones 🙂

Un abrazo

Ester

Publicado en Coaching, inteligencia emocional

Te mostraste a tí mismo y eso es lo que me gustó

Qué gran frase!! Vi este vídeo por casualidad y me gustó mucho cómo canta el niño, pero lo que más me gustó y por ello decidí plasmarlo en un post es lo siguiente:

El momento en que sale la conversación de la madre y el niño y le dice que si se pone nervioso que piense en ella, que ella está a su lado diciéndole: “¡vamos Malaki, tu puedes Malaki! Imagínatelo dentro de tu cabeza, yo estoy a tu lado”, y se abraza a su mamá por el ánimo y consejo que le ha dado. En ese momento, él se siente fuerte y empoderado y en lugar de marcharse del programa dice: “si me detengo no podré estar dentro del concurso, Tengo que cantar, Quiero cantar”. Todos valoraron que era una estrella, que tiene un don, pero un miembro del jurado le dice: “Te mostraste a ti mismo y eso es lo que me gustó”.

Estos dos momentos son los que me han inspirado a compartir este video. La importancia de creer en las personas, especialmente en los niños, y desde aquí animarles a que sigan sus sueños. Nos quedamos en hacerles proyectar su vida a futuro y preguntarles.”¿Qué quieres o desearías ser de mayor?” y qué tal si le preguntamos, ¿Cuál es tu sueño hoy?, ¿Qué es lo que más desearías hoy?

Si nos dijeran que nuestro hijo está enfermo lucharíamos por hacer realidad todos sus sueños, en la medida que pudiéramos, pero seguro sacaríamos fuerzas y recursos de donde fueran para que sus sueños se cumplieran. A veces la vida nos golpea y desgraciadamente nos toca vivir situaciones críticas. Justamente por ello es que si pudiéramos hacer que nuestros hijos vivieran más el presente, disfrutaran más del amor que tienen como si se fuera a terminar, y los animáramos a que sigan su pasión, su sueño, sería genial. En pocas palabras, si les acompañáramos en su ilusión porque lo amamos y porque creemos en ellos, seguramente lograrían lo que se propusieran. A veces el talento queda oculto porque tienen demasiados inputs que creen los hacen felices, pero que cuando los tienen ya quieren otra cosa (móviles, juegos electrónicos, internet…).

Malaki, acompañado por el ánimo y amor de su mamá solo pudo decir: “si me detengo no podré estar dentro del concurso, Tengo que cantar, quiero cantar”. Muchas veces ni los adultos somos capaces de tener el coraje que tuvo él. Dejó el tengo por el quiero. Aquí y ahora, es mi momento, no lo puedo dejar pasar. El jurado le dijo que era un estrella, que tenía un don natural pero lo más valioso es que le dijeron es: “Te mostraste a ti mismo “. Creo que en la sociedad que vivimos es lo más difícil, a veces, nos mostramos según el interlocutor que tenemos delante y eso no es lo mejor, pues perdemos nuestra esencia.

Finalmente le preguntan a Malaki, cómo se sintió cuando le dijeron que estaba dentro del concurso y él simplemente dijo: “ORGULLOSO”. No es para menos, mostró sus miedos, su ternura, sus nervios y su talento. No cualquiera supera esto y sigue persiguiendo su sueño por difícil que sea a veces.

¿Qué crees que es lo que más le motivo a seguir? Cuéntame, de vuestros comentarios aprendo. Gracias por estar, aquí leyéndome, pues yo también estoy persiguiendo mi sueño.

Con cariño,
Ester
 
 
Publicado en Familia, inteligencia emocional

Cuento: Mapache y Osito jugando

a03be879-2d53-4569-aac7-fc3f1099f638

Una tarde de verano, Osito y Mapache jugaban en el bosque  a carreras alrededor de los árboles. Contaban hasta tres y corrían velozmente hasta llegar al otro lado del río, rodeando el bosque. Hicieron varias carreras pero Mapache ganaba continuamente,  como excelente trepador que es y acostumbrado a esconderse en los huecos de los árboles, corría tan rápido que para cuando llegaba Osito, a Mapache ya le había dado tiempo de descansar para la próxima carrera.

Osito estaba harto de perder y ya se había cansado de llegar siempre el último, así que  se enfadó y quiso expresar su rabia de esta manera a su amigo Mapache.

-¡No es justo!¡Yo quiero ganar también, tu siempre llegas el primero! gritó Osito creyendo que su amigo Mapache comprendería cómo se sentía.

Pero no fue así. Mapache se rió y le contestó: -¡Osito, yo no tengo la culpa de ser más rápido que tú! Osito se sintió triste porque su amigo no comprendía cómo se sentía y ya no quiso jugar más con él.

En ese momento, vino Perrito, otro amiguito que solía jugar con ellos en el bosque. Al ver que jugaban a carreras, quiso hacer una con ellos y volvieron a contar uno dos y tres para llegar al otro lado del bosque. Osito en esta ocasión como había conseguido tranquilizarse, también se apuntó.

En esta ocasión, para sorpresa de Mapache, ganó Perrito, y como dejó de ser el primero, empezó a saltar de rabia y lleno de cólera gritaba:

-¡Quiero ganar yo, quiero ganar yo…! Su amigo Perrito, les miro a los dos y  sorprendido les preguntó.

-Pero, ¿no estabais jugando a carreras? Si es un juego, ¿por qué os enfadáis?, lo importante es que disfrutemos juntos y que nos alegremos del que llega primero, no enfadarnos por no serlo nosotros. Los amigos son felices cuando están juntos sin importar quién gana. Si queréis nos damos la mano y corremos todos juntos hasta el otro lado del río, será divertido, seguro que nos reímos mucho y llegamos todos a la meta.

En esos momentos, Mapache comprendió como se había sentido su amigo Osito cuando él ganaba todas las carreras y entendiendo que era más importante su amistad que ser el primero en un juego,  decidieron cambiar de actividad con el fin de pasar un buen rato juntos.

Cuántas veces hemos sentido cólera, frustración…. como los protagonistas de esta historia. Gracias a la reflexión del Perro entienden la postura/emoción y sentimiento del otro.  ¿Y tú, en que rol crees que estás o en cuál te gustaría estar, cuéntanos?

Saludos, queridos lectores!

Ester

Mi hijo me confronta

imagesniños gritandoEl otro día, hablando con gente amiga, salió a flote el tema de qué hacer cuando tu hijo no te escucha y cómo cada vez esa actitud genera un dialogo “agresivo” donde se va subiendo el tono de voz, cada vez más, por ambas partes y acaba surgiendo el efecto de: “nuestras conversaciones siempre son a los gritos”. Bien, cada casa es un mundo y nadie está para juzgar qué está bien y qué está mal, dicho esto, sabemos que existen técnicas que pueden ayudar a reconducir esta situación.

Si cada vez que existe un elevado tono de voz, nuestra respuesta es elevada, porque así creemos que estamos a la altura y la creencia de: “si tu chillas yo chillo más, al fin y al cabo soy yo quien tiene la sartén por el mango”, estamos generando el efecto contrario a lo deseados, perdemos el foco al “problema, conflicto, objetivo…” y nos centramos en una lucha de poder. Si nuestra respuesta a un grito es bajar dos tonos la respuesta, estamos dejando descolocado a nuestro interlocutor, pues rompe la tónica de siempre. Si cambiamos nuestra manera de interactuar, el niño va a tener que buscar otro recurso, ya sabe que gritar no surge el efecto que esperaba, hay un quiebre en él y siente que algo ha cambiado. Es importante recordar: si cambia una pieza del sistema y el sistema cambia por defecto (si se rompe un diente de la cremallera, ésta ya no sube como siempre).

Una de las mamás comentaba que había castigado a su hijo sin los juegos electrónicos por una semana y lo qué le estaba costando mantener esa postura frente a la insistencia diaria del hijo en conseguir que le levante el castigo. Una técnica que funciona es pasarle “la pelota al niño”, que él sea el responsable de su elección: “insistencia del niño: mamá quiero, por favor, no lo haré más (saben mucho del “chantaje emocional”), te lo prometo… además hoy viene mi amigo a casa y quedamos en que jugaríamos….” Frente a esta insistencia, podemos quedarnos en: “ya te he dicho que no, no insistas” y mantener esa lucha de poder o podemos decir:” sé que no lo harás más, confío en ti, pero quedamos en algo, hoy disfruta de tu amigo con los otros juguetes y no me insistas más, pues cada vez que vuelvas a pedírmelo alargaré un día la entrega de esos juegos, tú decides cariño”. En este caso, le hemos pasado la pelota, el elige y esa elección tiene una consecuencia: “si lo pido, se alarga, si no lo pido, ya falta menos”. Le hacemos responsable de su decisión y no entramos en una lucha de poder.

Lógicamente, esto no es una barita mágica que funciona a la primera, es insistir y confiar en qué es una opción y merece una oportunidad.

La comunicación en la familia tiene una función más importante que la pura información; es un puente de doble vía que conecta los sentimientos entre padres e hijos.

Gracias por leerme!!

Ester

Publicado en Coaching, Familia, inteligencia emocional

Escuchamos a nuestros hij@s?

imagesOBWJNZCT¿Cuántas veces los padres sucumbimos a los deseos de nuestros hijos? Me atrevería a decir que bastantes, pues aún no dándoles todo, muchos lo consiguen!… esa colección de cromos, esas chuches, la motito del quiosco….
Pero voy más allá, cuando el niño nos quiere pedir algo de otra índole, ¿estamos a la altura?, o nos pesa más todo lo que tenemos en la cabeza (el trabajo, reunión, pagos…). Cuando pide que escuchemos algo que le ha pasado, ¿lo escuchamos o simplemente oímos (no escuchamos)? Aunque oír y escuchar parecen lo mismo, no lo son, ya que uno puede oír sin escuchar. Oír es que percibimos sonidos a través de los oídos, para escuchar debemos tener activos otros sentidos para entender lo que estamos oyendo.

No se si os ha pasado que vienen a contar o preguntar algo, justo cuando estás en otra cosa, intentamos escuchar, nos cuentan lo que le ha pasado, lo que necesita… y le decimos: “Pero bueno… no es para tanto, haz esto la próxima vez o hablamos más tarde o mañana me lo cuentas” y quizás no le damos el peso que para el otros supone.

¿Qué pasaría si nos sentáramos y escucháramos con los cinco sentidos la historia que nos tiene que contar? Quizás podríamos percibir cómo realmente se siente ante eso y desde este punto, ver qué puede hacer él para reconstruir el cómo se siente. Y él solo, simplemente con nuestra escucha y con esa pregunta que le puede aportar una visión diferente, puede encontrar una posible solución o una nueva opción, y resulta que eso lo empodera, porque se ve capaz de revertir la situación y lo prepara para afrontar el próximo día crecido, crecido por dentro. Te da las gracias y se funde en un abrazo de lo más emotivo y nosotros, como padres, le daríamos las gracias por darnos la oportunidad de poder vivir con él ese gran logro.
La Escucha, es una de las herramientas más poderosas del coach, escuchar los silencios, las miradas, prestar atención a la comunicación verbal y no verbal (emoción, corporalidad…).

Que bueno sería si todos pudiéramos escuchar así, en nuestra vida familiar, laboral… Una escucha plena, sin juicios!.

Feliz semana!
Ester Echeverría

Publicado en Coaching, Escuela, Familia, inteligencia emocional

¡Empieza la escuela y con ello un nuevo aprendizaje!

mafalda-y-escuela

“¿Ya tienes la mochila? ¿Y los libros?, el desayuno…. ¡qué te lo dejas!” Todos nerviosos, pues empieza el curso escolar. Hablamos con nuestros hijos y les decimos que este año aprenderán cosas muy importantes, que ampliaran sus conocimientos y así serán personas de provecho, responsables y que contra más conocimiento tengan mejor opción laboral van a tener.

Acto seguido, las frases más escuchadas de los padres son: “lo necesitaban… tantas vacaciones se aburren y nosotros ya no sabíamos qué hacer”, “aleluya… por fin empieza el cole y con ello la rutina, las obligaciones… demasiado tiempo sin hacer nada”, “lo necesitábamos, todos, volver a la rutina”.

Depositamos en la Escuela gran parte de la educación de nuestros hijos, pero somos conscientes que: ¿otra gran parte la tenemos que hacer en casa?

En la Escuela, nuestros hijos aprenden las materias que marcan desde Educación y superadas año a año, consiguen poder acceder a la Universidad. En el camino, podríamos fomentar la formación como seres que son desde el día que nacen, podrían aprender: a gestionar conflictos, a tomar decisiones y con ello consecuencias, a escuchar (no solo a oír), a respetar y respetarse, a gestionar sus emociones… En ocasiones, este aprendizaje, va por premio/castigo, así se aprenden las reglas que rigen cada comunidad escolar. No lo critico, pues ha de haber una disciplina y unos límites, pero si añadiéramos al plan de estudios la “formación de seres” ¿Qué creen que pasaría? Y si además no depositáramos esta tarea sólo en la Escuela, ¿Qué pasaría?

Si padres y escuela fuéramos un tándem, donde los dos pedaleamos por igual, fuéramos un equipo con el mismo objetivo, disfrutando del paseo por la educación de esa gran persona que es un niño. Los dos, conjuntamente, tendríamos días de sol, de lluvia, tormenta, arco iris… juntos padre – escuela- alumnos llegaríamos a la meta de la mano y con el objetivo logrado.

No creamos que la Escuela es quien educa a nuestros hijos y que la Escuela no crea que la educación de nuestros hijos es solo de los Padres, pues en una relación donde estas creencias están tan marcadas, el más perjudicado es el niño, que vive su educación en medio de una “disputa”.

Démonos la mano y empecemos el nuevo curso escolar 🙂

¡FELIZ AÑO LECTIVO!